¿Conocéis el rito católico del matrimonio?
En este nuevo blog vamos a contaros el rito católico del matrimonio por si tuvierais alguna duda a la hora de organizar vuestra boda. Lo más recomendable es que, junto a vuestra wedding planner, tuvierais una reunión con el sacerdote para tratar este tema, junto a otros temas como la decoración y música para el enlace.
A groso modo podemos dividir la ceremonia en varias partes: La entrada, la liturgia de la palabra y homilía, sacramento del matrimonio y consentimiento, entrega de anillos y arras, liturgia eucarística y comunión, presentación a la virgen del matrimonio, bendición final y firma de actas matrimoniales.
No hay parte con mayor o menor importancia en el rito católico del matrimonio, todas son imprescindibles.
Cabe la posibilidad de hacer una ceremonia sin la liturgia eucarística, es decir, sin la consagración y comunión del cuerpo de Cristo.
Comenzando con la entrada, dividimos en tres partes. La entrada de los invitados, parte fundamental en el trabajo de una wedding planner. Los invitados deben llegar puntuales, incluso con 10 minutos de adelanto, para ocupar su asiento y esperar dentro de la iglesia a los novios. El novio llegará con la madrina de su brazo, y esperaran a la novia en el altar. Por último, entrara la novia con el padrino, presidida por la comitiva de damitas y pajes.
Tras la entrada, comienza el sacerdote la ceremonia con la bienvenida a la pareja.
Puede hacer memoria del bautismo. En este caso, recibe el agua bendita y asperge a los novios y a los invitados. Mientras se rocía con el agua bendita puede haber tono musical. El sacerdote invocará a dios con las manos extendidas sobre los novios y dará a paso a la liturgia de la palabra.
En esta parte del rito católico del matrimonio, subirán al altar las personas designadas por la pareja para leer las lecturas. Pueden hacerse tres lecturas.
La primera de las cuales será del Antiguo Testamento o del Apocalipsis en tiempo pascual, un Salmo responsorial y una segunda lectura. Se elegirá siempre por lo menos una lectura que hable explícitamente del matrimonio.
Tras estas lecturas, el Sacerdote leerá el evangelio, con los asistentes en pie, y tras ello dará la homilía. Partiendo del texto sagrado, expone el misterio del Matrimonio cristiano, la dignidad del amor conyugal, la gracia del sacramento y las obligaciones de los contrayentes, atendiendo, sin embargo, a las realidades concretas de las personas presentes.
Acabada la liturgia de la palabra, comenzamos con la parte más intima de la pareja, el sacramento del matrimonio.
El sacerdote pedirá el consentimiento de los novios y se realizará la entrega de anillos y arras.
En primer lugar la pareja manifiesta su asistencia libre y sin coacción para contraer matrimonio.
El ministro del altar puede interrogar a los novios sobre su libertad, su fidelidad y sobre la procreación y educación de los hijos, y a cada pregunta ellos responden.
También pueden los novios declarar sus intensiones sobre la fidelidad y sobre la procreación y educación de los hijos pronunciando otra fórmula sin ser interrogados.
Expreso lo anterior, llegamos a la conocida parte del «Si quiero».
Los novios expresan su consentimiento en esta parte del rito católico del matrimonio. Ambos, se dirigirán unas palabras en las que se toman por esposos, bien de mutuo propio o bien preguntados por el sacerdote, quien por ultimo confirma dicha unión con unas palabras en nombre de Dios.
Manifestado el consentimiento entramos en el bonito momento para el recuerdo de la bendición y entrega de los anillos y arras. El sacerdote bendice, la pareja se colocan mutuamente los anillos con unas palabras de amor y se traspasan las arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que van a compartir.
Ahora pasaríamos a la parte de la que se puede prescindir que es la consagración y comunión. Una vez hecho el ofertorio, en el que algún invitado puede leer las ofrendas a dios, se consagra el pan y el vino, y se da la comunión. La pareja comulga primero junto a los padrinos, tanto del Cáliz como del Cuerpo de Cristo, el resto de invitados solo reciben la sagrada Hostia.
Antes de la bendición final, se puede hacer alguno de los siguientes ritos complementarios, como la entrega del libro de los Evangelios o de la Biblia, entrega de una oración y la entrega de la Cruz.
El rito católico del matrimonio concluye con la bendición de los esposos y del pueblo.
Según la práctica arraigada en el pueblo de encomendar a la Virgen los distintos momentos de la vida, concluida la celebración y antes de retirarse del altar, los esposos pueden dirigirse con una oración a Nuestra Señora.
Después, si se cree conveniente, pueden ofrecer dos cirios encendidos o un ramo de flores ante un altar de la Virgen; sería el momento más oportuno para la interpretación del tradicional Ave María.
Ya solo te queda llamarnos y comenzar con los preparativos. Planeamos Juntos.