Ruta por las iglesias de Sevilla con sabor a boda
Casco antiguo de la ciudad
Comenzamos 2019 fijando la mirada en las iglesias de Sevilla. Pasaron las frías navidades, disfrutamos con el año nuevo y nos cargamos de energía positiva para afrontar el 2019, analizando el pasado y marcando objetivos para el futuro.
Basta con un pequeño recorrido visitando iglesias de Sevilla por el centro de la ciudad, para visualizar como ha sido el transcurrir de la historia en nuestra ciudad. Un camino de arte, de buen gusto, de pequeños detalles, altas torres, grandes retablos, fabulosas pinturas y mosaicos, que hacen más singular aun una boda en la ciudad de Sevilla. Todas las ciudades no pueden presumir de la gran variedad artística, y de calidad, que tiene Sevilla.
De las primeras encomiendas que tiene una pareja a la hora de organizar una boda, es elegir el lugar y tipo de ceremonia que desean.
En caso de una ceremonia por el rito católico, esta se debe realizar en una iglesia o capilla. Hoy comenzamos una ruta por las iglesias de Sevilla, comenzando en esta primera entrada por las situadas en el centro de la ciudad.
Dependiendo del número de invitados, deberemos elegir el lugar, por lo que vamos a comenzar desde las más grandes a las más pequeñas. Sin embargo, las verdaderamente pequeñas y con encanto especial tienen la polémica, en algunas ocasiones, de ser capillas de uso restringido, como la del Palacio de las Dueñas, la capilla de la Real Maestranza de Sevilla o la “capillita de San José. Esta última es una verdadera maravilla, obra culmen del Barroco sevillano.
Un lugar con una majestuosidad imperial es la barroca Iglesia de la Magdalena.
Una entrada principal cuyo marco de visión interior es incomparable. Una larga alfombra roja te llevará hacía el retablo mayor, que puede datarse a principios del siglo XVIII. Se ha atribuido a Leonardo de Figueroa y a Pedro Duque Cornejo. Constituye un retablo de grandes proporciones, el segundo mayor de la ciudad, después del de la catedral.
Como referente de las iglesias de Sevilla tenemos la del Divino Salvador.
Su elevada fachada y sus escaleras, de finales del siglo XVIII, configuran un entorno incomparable tanto para la entrada como salida de los novios. Al llegar, invitados y novios, accederán al templo vislumbrando desde la plaza del Salvador un fabuloso retablo flanqueado por grandes columnas endosadas que sostienen cúpulas de elevada altura. La salida, con el sol de mediodía, mostrara una plaza con naranjos digna de estampa para enmarcar.
Continuando nuestra ruta por el centro comenzamos a ver iglesias de tamaño mediano, como la del hospital de la Santa Caridad. Obra del barroco, cuenta con una original fachadas con azulejos sevillanos. La entrada de los novios bajo el coro y teniendo al frente un altar barroco de grandes dimensiones, hacen que la boda sea de película.
La decoración interior de la iglesia fue programada por el propio Miguel de Mañara, y en ella intervinieron artistas tan prestigiosos como Murillo, Valdés Leal, Pedro Roldán y Bernardo Simón de Pineda, que plasmaron la inspiración de Mañara acerca de la caridad cristiana.
Al altar mayor se accede por unas escaleras, lo que da una estampa única. Además cuenta con unas rejas en el presbiterio que, decoradas con flores o simple retama vegetal, da un toque más dulce al entorno, pues el arte barroco no deja de tener su tono dramático.
Si queremos iglesias de Sevilla con un toque más moderno o menos recargadas, tendríamos que salirnos del centro de la ciudad.
Sin embargo, hay iglesias, que aun teniendo grandes retablos, su luz y blancas pinturas, hacen que tenga otro sabor no tan añejo.
Como ejemplo de Iglesias de este tipo tenemos: San Antonio de Padua, la Basílica del Gran poder, Santa Catalina, Omnium Sanctorum, Santa Marina o San Isidoro. Estas son de estilo románico, gótico y mudéjar, aunque la influencia del barroco sevillano no paso desapercibido por ellas. Sus dimensiones son medianas.
Tras analizar las iglesias de Sevilla de grandes dimensiones, para bodas con más de un centenar de invitados, comenzamos con la ruta de pequeñas capillas.
El número de invitados es el criterio principal a la hora de buscar una iglesia acorde con las necesidades del matrimonio. Sin embargo, siempre cabe la posibilidad de realizar una ceremonia íntima, con familiares y amigos, en pequeñas capillas, e incorporar al resto de invitados a la celebración.
Las capillas del centro de Sevilla son muchas y de muchos estilos, aunque el estilo barroco impera en la mayoría, sobre todo en sus retablos.
Una capilla con dimensiones más amplias es la del colegio de las esclavas, la cual tiene casi el tamaño de una iglesia convencional. Con su altar de estilo gótico, es un lugar con un sabor especial para antiguos alumnos de colegios religiosos, y más aún para los del propio centro educativo.
Por sus retablos e imaginería, contamos con la capilla del Baratillo, la Carretería, Monserrat, los Estudiantes, o la de Santa María de Jesús.
Ésta última tiene un sabor muy especial y un marco incomparable para recibir a no más de 50 invitados. La Puerta de Jerez, emblema de Sevilla, es una estampa inolvidable para cualquier pareja que se vista de blanco. Es ejemplo del gótico mudéjar y su estructura es del siglo XVI, lo que te hace vivir una experiencia inolvidable.
El resto de capillas muestran un sentimiento único para los hermanos de las cofradías que tienen su sede canónica en dichos templos. La capilla de la Hermandad de los Estudiantes tiene un vínculo añadido para los antiguos estudiantes de la universidad de Sevilla.
Entre todas las iglesias de Sevilla nombradas, tenemos que mirar hacia la plaza Virgen de los Reyes, Puerta de Palos, altas bóvedas góticas, reja imperial y majestuoso altar para la patrona de Sevilla. ¿Imaginas casarte frente a la reina de reyes y bajo la mirada del rey San Fernando? No hay lugar más majestuoso para una boda que la Capilla Real de la Santa Catedral de Sevilla.