La mantilla, flor de Primavera
El azahar llega a Sevilla como flor de primavera, los cielos se despejan para dejar entrar los rayos de sol que, entre dudosas nubes negras, alegran el ambiente de nuestras calles y plazas, y dan un sabor especial a todo evento que acontece en nuestra ciudad. Como wedding planner diría que no hay nada más bonito que una boda en primavera a medio día, en la que las amigas de la novia la acompañen con sus mejores mantillas, en la que la novia brilla al compás del sol y el aroma del naranjo junto al incienso cofradiero inundan la emoción del momento.
Sin embargo, hablando de fragancias primaverales, tengo que reconocer que estamos a las puertas de los dos eventos más esperados por la gran parte de sevillanos, la Semana Santa y la feria de abril. Dos semanas que tienen un elemento en común al que hoy le dedico este post, la mantilla española, prenda clásica donde las haya que debería ocupar el fondo de armario de toda mujer que se considere de esta bendita tierra.
Y para hablar de ello, nos trasladamos de la mano de Enrique Rodriguez Hidalgo a Cantillana, pueblo cercano a Sevilla donde la mantilla no es una moda pasajera, sino una prenda más que acompaña a toda mujer del pueblo desde muy joven, que pasa de generación en generación y que año tras año sacan de los armarios para prenderlas de sus mejores peinas y lucirlas con orgullo en las fiestas de su localidad, bien para los Rosarios de las Hermandades de la Divina Pastora de las Almas y de la Asunción Gloriosa, para un Jueves Santo o bien, para las bodas.
Como wedding planner de Sevilla es una satisfacción conocer los detalles más profundos que un estilista, diseñador y referente en el mundo de la mantilla nos puede narrar, pero antes de entrar en materia, ¿Como es tu día a día, Enrique?
En mi día a día tengo la peluquería y el estilismo, así como mi taller de costura, pero me fascina el mundo de la moda, y mi mayor satisfacción viene de la mano de una boda. Me encanta arreglar a la novia o a la madrina tanto en maquillaje y peluquería como en cuanto a vestimenta se refiere, y mayor pago es ese, poder diseñar el traje de la madrina, por ejemplo, y ver el conjunto completo desfilar el día de la boda con una buena mantilla, colocada dentro de los cánones pero otorgándole la gracia y originalidad que intento que me caracterice.
Mi día a día se resume en trabajar mucho y disfrutar de mi trabajo, porque soy un enamorado de él.
Para mi eres un referente en el mundo de la mantilla, ¿cómo comienzas a especializarte con esta prenda?
La verdad que aquí en Cantillana es un pueblo en el que se pone mundo la mantilla, entonces es algo que siempre lo he tenido muy presente. Recuerdo a mi madre de poner las mantillas, ella me enseñó, yo creía que era fácil, pero no es todo lo que parece. El tiempo y la práctica me ha hecho hacer cosas que hasta yo mismo no creía que pudiera hacer. Lo normal es que no haya dos peinas iguales ni dos mantillas calcadas, y mucho menos dos caras gemelas, a cada mujer le favorece un estilo y una forma de ponerla.
No me considero un inventor ni innovador de nada, porque la mantilla es una pieza única, muy española, y con unos cánones marcados desde hace siglos, que nadie debe ser tan atrevido como para cambiarlos. Sin embargo, si considero que haya creado un estilo.
Recuerdo una niña que vino para que le colocara la mantilla, y se le olvidó el broche de detrás. En ese mismo momento le monté, jugando con la misma mantilla, una lazada, como una moña, que resultó llamar la atención de todo el que la veía. Son inspiraciones que te vienen en el momento.
No utilizo, por ejemplo, peinecillos para colocar la peina, porque ésta sufre mucho.
Hablando de las peinas, ¿Existe a día de hoy la autentica peina de carey?
Hay pero es muy difícil encontrarlas, en anticuarios. Lo que si hay son celuloides muy buenos, pero no es el carey autentico. Además las antiguas, muchas se han deshecho porque es difícil saber conservarlas y porque es un material natural que tiende a deshacerse por la cristalización, sobre todo por la falta de oxigeno.
Mi consejo para la conservación de las peinas, de carey o no, es darle crema hidratante y oxigenarlas. Tanto a la peina como a la mantilla le debe dar el aire, para que no se piquen. Una mantilla como mejor se conserva es enrollada en un tubo, para que no se cuartee, con un papel de seda y envuelta con un algodón sin fibra.
Enrique, todo el mundo que entienda algo sabe que está la mantilla negra y la cruda, pero ¿Cómo clasificarías tu las mantillas? ¿Con cuál te quedas tu?
Podemos dividir entre el velo de tolla, el pico, y la española, que es la que tiene como un volante.
Dentro las negras yo me quedo con el Chantilly autentico, pero por desgracia, hay gente que dice que se está conociendo su muerte, porque cada vez hay menos y no se crean, es un trabajo muy difícil, que está siendo sustituido por el bordado mecánico, pero nunca se debe confundir.
También está la granadina, que si es bordada a mano, pero no es Chantilly. En todo caso se parece a la blonda.
Dentro de la beige, tenemos el cambray, que es más corriente porque mezcla mecánico y a mano y el tambor y las mejores son de encaje de Bruselas, punto de aguja y Honinton.
Eugenia de Montijo, como se consideraba tan española, fue la propulsora de utilizar estos encajes sobre peina.
¿Cómo ves la conjunción traje de flamenca y mantilla?
Para mí no es correcto, otra cosa es una madroñera, que ahí si tienes más juego.
¿Cómo se presenta esta época que se aproxima para ti? ¿Muy cargada de trabajo?
La verdad es que no me puedo quejar, muchas bodas y muchas mantillas para Semana Santa, pero sin duda el mejor momento vendrá cuando vista a Paloma Segrelles para el día del Concurso de Enganches de la Real Maestranza de Sevilla, que es la madrina.
Yo como jurado no puedo vestir a otra mantilla, pero entre todo el jurado vestimos a la madrina, como anteriormente hicimos otro año con Lourdes Montes o Fabiola Martínez, y puntuamos al resto de mantillas, su calidad, los complementos y aderezos, el vestido, los zapatos, la peina y el estilo con el que está colocada.
Nuestra intención es hacer de la madrina un referente y así “educar” para que toda señora vaya perfecta.
¿Algún truco a la hora de colocar la mantilla?
Yo pongo la mantilla según el encaje que me encuentre y según me llegue la inspiración. También depende del gusto de la niña o señora, que les pueden gustar mas fruncidas o menos, más abiertas, recogidas en el pecho. Todo depende de la mantilla y de la persona que la vaya a llevar.
La mantilla es de las prendas que mas favorece, buscando siempre el punto. A mí por ejemplo me encanta no poner los dos lados iguales.
Un truco, poner las horquillas justas, sin dañar a la peina por una mala colocación.
Mejor poner cinco horquillas bien puestas que veinte mal.
¿La restauración de la mantilla existe como tal?
Si, las mantillas se traspasan los bordados o se arregla el tul. En Sevilla, para mí, María Ramos es la mejor restaurándolas.
A parte de un jueves santo o una tarde de toros, ¿qué uso crees que se le pueden dar a las mantillas?
La mantilla, como ya he dicho, es una prenda muy favorecida, y una boda es una ocasión perfecta para lucirla, tanto en la madrina, como en las testigos que acompañen al matrimonio.
Como wedding planner en Sevilla me encantaría ver un séquito de mantillas acompañando a la novia, pero ¿qué mantilla deberían usar?
La negra para la madrina, y la beige para las testigos, aunque ahora mismo las bodas dan mucho juego y más vale una mantilla negra de peor calidad que una blanca mediocre, porque la cruda debe ser buena para que no quede mal.
De toda tu carrera profesional, ¿ cuál es tu mayor orgullo o logro?
Hombre el estar en el jurado de la Real Maestranza es algo de lo que me siento muy orgulloso, y el poder vestir a señoras de la talla de Lourdes o Fabiola.
Sin embargo, de toda ,mi carrera, me quedo con ese momento en el que Lourdes me llama y me dice que quiere que le diseñe el traje para la despedida de los ruedos de su marido, para Fran Rivera.
Ese traje goyesco es una obra de arte, es una maravilla, recreando un estilo antiguo pero con materiales modernos que pudieran resistir la corrida.
Vamos terminando,¿ a dónde quieres llegar con el mundo de la mantilla? ¿Cuál es tu objetivo?
Mi único deseo y objetivo es que la gente sea consciente de la prenda tan bonita, tan señorial, elegante y típica española, como es la mantilla.
Que las niñas vuelvan a tenerlas de regalo por sus 18 años, y ver bodas y ceremonias llenas de mantillas.
Terminamos con las preguntas a un grande, a un referente sevillano que poco lo conocen para lo maravilloso que es. Voy a terminar haciendo una pregunta que yo misma contestare, ¿Quien es Enrique?
Enrique es un ser maravilloso, que transmite paz y serenidad a la vez que alegría, que derrama arte por los “cuatro costaos”. Un ser soñador, nostálgico de aquellos tiempos en los que la mantilla era considerada una joya que toda mujer debía tener, y que se transmitía de generación en generación como un tesoro. Enrique es humilde y sencillo, y cuando habla, se nota en sus palabras como ama su trabajo y el cariño especial que le tiene a esta prenda de la que llevamos hablando todo el artículo. Enrique se olvida hasta de su verdadera profesión, y se olvida de sus espectaculares diseños por hablarte del tipo de encaje, de peinas o de joyas que debe acompañar a la mujer.
Muchas gracias por abrirnos tu taller, tu vida, tus conocimientos, pero sobre todo, por abrirnos tu corazón.