«El sueño de cualquier wedding planner es disfrutar con los sueños de los novios»
Transcurridos los largos días de verano, en el que cualquier wedding planner se inspira con nuevas ideas para afrontar el invierno, con amaneceres entre frescas sierras, comidas amenizadas con rubores de olas, descubriendo nuevos mundos, extensas tardes al sol y atardeceres que enamoran… comienza un mes de septiembre en el que todo se pone en orden.
Y con septiembre se emprenden caminos que se firman sin fecha de caducidad, se comienzan aventuras que no se sabe cuál es su devenir, pero que aseguran un futuro prometedor, agitado por el amor de dos personas que se aman.
Así llego a nosotros la bella pareja que forman Daniel y Cristina, cargados de ilusión, llenos de emoción y rebosando amor por sus miradas. Lo nuestro fue cosa del destino. Su primer llamada fue para una mesa candy, y finalmente, terminé organizando el día de su boda.
Su encargo fue que como wedding planner organizara el día mas especial de sus vidas, el día de su boda, y sin dudarlo, nos pusimos manos a la obra, cargados de ilusión para organizarles una celebración a su medida, a su gusto, exclusiva para ellos.
Comenzaba la mañana del 29 de septiembre con dos novios impacientes por verse. Ella escogió a Franc Sarabia para que diseñara su vestido de novia. Un traje exclusivo para la ocasión, regio, elegante, de corte clásico pero con adornos de hoja bordados en plata. De su cabello recogido, caía un largo velo que portaba con orgullo de herencia familiar, al cual lo prendía de su cabeza un bello tocado de la firma flor de sal. El ramo escogido para la ocasión lo conformaban bellas rosas y eucalipto hembra y para los zapatos escogió a Lolita Blu. El, escogió un chaqué de Dappers, camisa a medida de la misma firma, corbata de Lester y zapatos de Crownhill.
Al fin llegaba el momento más esperado, el momento de darse el SI QUIERO, acompañados por sus familiares y amigos. Con pura elegancia ambos entraron en la Iglesia del Corpus Christi, en la Avenida de la Palmera , y entre grandes pamelas y tocados, despuntaba una perfecta novia del brazo del padrino que la encaminaba hacia el altar mayor. A el lo acompaño su madre, madrina de la ceremonia que eligió una bella y clásica mantilla española para la ocasión.
Tras la ceremonia religiosa llegaba el momento de celebrar el comienzo de este viaje juntos. Como wedding planner puedo decir que esta es de los eventos que más he disfrutado preparando su decoración, y ahora entenderéis por qué.
La temática que guió el diseño de la decoración consistió en viajar por el mundo.
Junto a ellos planeamos juntos la boda de sus sueños, y conseguimos dejar volar la imaginación de los invitados para que dicho sueño se cumpliera. Comenzando por un photocall inspirado en un mapa mundi, pasando por un sitting sobre un panel de salidas y entradas de aeropuerto y el mesero que lo formaba fotos en lugares del mundo que la pareja había visitado y terminando por una mesa candy de la misma temática, estrenando para la ocasión una noria que hacía pensar en las vueltas que da la misma vida.
El lugar escogido para la recepción y convite fue Huerta La Palmera, y el menú fue preparado, organizado y servido por el Catering de Manolo Julia, uno de los mejores de la ciudad y referente en la gastronomía y hostelería sevillana y la decoración floral corrió por cuenta de Panyculata.
Si con algún momento tuviera que quedarme de aquel bonito 29 de septiembre, es sin duda en el que la novia hace entrega a su madre de un ramo, sonando de fondo la canción «la flor que siempre quise en mi jardín, de
Antonio Flores, la cual cantaba esa madre a su hija desde que nació. Fue un momento único e inolvidable para esta wedding de Sevilla.